LECTURA Y
ESCRITURA CON SENTIDO Y SIGNIFICADO
El
niño es un ser social: desde que nace se relaciona con el medio que lo rodea,
utilizando diferentes formas de expresión, tales como el llanto, el balbuceo,
la risa, los gestos, las palabras; formas que lo llevan a comunicarse
inicialmente con ese ser más cercano: la madre; a su vez, ella con sus
arrullos, nanas, caricias, cantos, juegos, va creando un vínculo especial de
comunicación que les permite entenderse y fortalecer los lazos afectivos.
Lo
anterior nos lleva a afirmar que el niño aprende porque establece relaciones y
encuentra elementos de comprensión y vínculos afectivos con el mundo que lo
rodea. Por lo tanto, no hay que desconocer que esta forma natural de
aprendizaje tiene un valor muy importante para el niño, puesto que lo ha
llevado a relacionarse con el mundo y a satisfacer sus necesidades de una
manera placentera, agradable, lúdica y llena de afecto.
Como
vemos, el proceso inicia desde que el niño nace, pero al llegar al colegio
cambian las reglas de juego y, por lo general, el niño debe enfrentarse a
situaciones y/o actividades que en su mayoría son ejercicios mecánicos,
extensas planas o lecturas impuestas.
La
interacción directa con pequeños en edad preescolar nos ha demostrado que los
aprendizajes no pueden ser ajenos ni aislados de la realidad del niño. Por el
contrario, deben satisfacer necesidades, intereses e inquietudes para que
tengan un verdadero sentido y significado para él.
La
experiencia como docentes de preescolar nos llevó a reflexionar sobre el
proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura en los niños. Esta
reflexión nos llenó de razones para elaborar una propuesta diferente.
Nuestra
propuesta pretende continuar el proceso de igual forma; por eso partimos de
"escuchar" a los niños, conocer sus intereses, necesidades,
sentimientos e inquietudes; basados en esto, iniciamos despertando la
conciencia del lenguaje a través de ejercicios que les permitan relacionar,
hacer asociaciones o establecer semejanzas y diferencias. Los aprendizajes
están inmersos en la cotidianidad de los niños, esto es lo que hace que tengan
sentido y significado para ellos.
El
punto de partida son los nombres de los niños, por la importancia que tienen
para cada uno; a través de su nombre, el niño se identifica, se diferencia y es
reconocido. Se pretende que el niño se familiarice con su nombre y el de sus
compañeros, encuentre semejanzas, diferencias y comience a identificar los sonidos
de las letras del alfabeto. Así se fortalece la conciencia fonológica.
Para
crear conciencia trabajamos las rutinas diarias, en las que se involucran
carteles con la fecha, los nombres de los niños, canciones, poemas, rimas y
otros géneros literarios. Dichos carteles ayudan a los niños a visualizar las
palabras dentro de un contexto y a crear diferentes juegos con ellas, tales
como encontrar palabras largas, cortas, con sonidos iguales, que rimen, etc.
Se
manejan todos los géneros literarios, dándole un valor importante al cuento
dentro de este proceso, y por eso incluimos la lectura diaria. Al leer en voz
alta, se desarrollan la capacidad de atención y el vocabulario; se ayuda a que
el niño exprese sus emociones, temores, esperanzas, descubrimientos, pensamientos
y secretos. Al compartir estos sentimientos se establece un lazo afectivo entre
el maestro y los niños, que favorece el proceso de aprendizaje de la lectura y
la escritura.
Los
cuentos también ayudan a orientar conductas y afianzar valores. Para narrarlos
se utilizan diferentes estrategias, de manera que los niños participen
activamente, creando y haciendo aportes.
Los
niños saben leer y escribir cuando llegan al colegio, pero lo hacen a su
manera; de allí se parte para hacer explícita su intención. Durante todo el
proceso estamos leyendo y escribiendo de nosotros mismos y de nuestro medio,
por ello al ir manejando las letras no lo hacemos en forma segmentada sino que
se generan situaciones significativas que llevan a ir enfatizando cada una de
ellas.
Es
importante respetar las diferentes etapas de escritura en que está cada niño.
Ellos crean sus propias hipótesis y así van encontrando significado a lo que
escriben, comienzan utilizando seudo letras y, poco a poco, las van
relacionando con el código alfabético, descubriendo razones válidas de uso.
Los
niños no elaboran planas. A través de cuentos realizamos ejercicios que ayudan
a desarrollar la habilidad motriz y a prepararlos para que adquieran dominio de
sus movimientos finos, de manera que puedan luego escribir con destreza. Esta
forma de trabajo les gusta y los motiva.
Es
importante resaltar que la motivación juega un papel decisivo en este proceso.
Las tareas tienen un sentido diferente, sirven para aprender a ser
responsables, para compartir con la familia, la profesora y los compañeros; de
esa manera, todos se enriquecen.
El
aprendizaje de la lectura y la escritura es un proceso dinámico donde la
creatividad es muy importante. Se realizan ejercicios que estimulan el
desarrollo del pensamiento divergente, para que los niños busquen diferentes
alternativas ante una situación dada. Al estimular dicho pensamiento, les damos
la oportunidad de crecer siendo seres autónomos, seguros de sí mismos, capaces
de tomar decisiones y, de esa forma, los educamos para la vida y no sólo para
el momento.
Todas
estas actividades les permiten descubrir el sentido de la lengua escrita y
comprender que a través de ella pueden comunicarse, y lo que es aún mejor:
expresarse. Estamos convencidas de que esta forma de trabajo le da un giro a lo
tradicional y cambia la posterior relación que el niño tenga frente a los
libros y el lenguaje. Esto posibilita que en un futuro sean mejores lectores y
escritores.
Somos
conscientes de que el proceso de aprendizaje, especialmente en los primeros
años, deja en el niño una huella que perdura toda su vida. Por lo tanto, este
proceso debe ser una experiencia agradable, llena de sentido y significado,
donde no se generen angustias frente a las equivocaciones, sino que éstas
sirvan para fortalecer el aprendizaje.
Siendo
consecuentes con los planteamientos anteriores, vimos la necesidad de crear un
texto que se ajustara a la metodología de trabajo expuesta, que desarrollamos
desde hace cinco años en el Colegio Marymount, de Bogotá, en donde somos
docentes. Es así como nace el libro Creo y Recreo, lectura y escritura con
sentido y significado, del que somos autoras.
El
libro está diseñado para que el niño sea el gestor en su proceso de adquisición
de la lengua escrita; lleva a niños y niñas a conocer el mundo de las letras en
una forma amena y agradable, donde ellos pueden plasmar sus vivencias y
experiencias y, al hacerlo, dar un claro sentido y significado a su
aprendizaje.
La
adquisición de la lectura y la escritura son experiencias que marcan la vida
del niño; de ahí la importancia de que pueda acceder a ellas de una forma
natural y tranquila. Leer y escribir se convierten en interacciones divertidas
y placenteras, en las que el niño puede disfrutar de sus logros y aprender de
sus equivocaciones.
La
lectura y la escritura tienen una función social y cultural. Por eso el libro
comienza dando al niño la importancia que tiene como ser único, y
relacionándolo con su entorno inmediato donde se involucran aspectos relevantes
e importantes de su vida. Propone una serie de estrategias que pueden ajustarse
a las necesidades e intereses, tanto particulares del niño como generales del
grupo, y valora sus sentimientos y emociones.
Otro
aspecto importante del libro es que cuenta con diferentes clases de géneros
literarios, que le permiten a los niños familiarizarse con estas formas de
expresión y los llevan a jugar con el lenguaje.
Dentro
del libro se desarrollan experiencias de vida de la cotidianidad del niño, lo
que le da una identidad al proceso. Además, permite dejar volar la imaginación
y posibilita la creación, elemento indispensable en el acceso a la lengua
escrita.
El
niño debe reconocer en la escritura una forma de expresión. Por eso no se
desconocen los saberes que el niño tiene, se le motiva para que complemente su
expresión gráfica con escritura espontánea, donde incluye símbolos y seudo
letras para llegar finalmente a la escritura del código alfabético. Esto deja
ver claramente que lectura y escritura son procesos cognitivos, dinámicos,
donde la creación juega un papel muy importante.
EL LENGUAJE Y
LA COMUNICACIÓN
Se
constituyen en aspectos relevantes para
desarrollar los procesos de aprendizaje de la lectura y la escritura. Es
así como en el acto de leer, es necesario que el niño y la niña hayan adquirido
el lenguaje oral. A partir de él, descubren el mundo y se integran; primero con
su medio familiar y luego con la
sociedad donde ejecutarán diversas actividades en el transcurso de su vida. La
adquisición y el desarrollo adecuado del lenguaje en los primeros años de
escolaridad son básicos, porque
proporcionan las herramientas iníciales para un buen desarrollo e
integración al medio social.
Es
importante considerar que los niños y las niñas
tienen un ritmo de desarrollo propio que se hace necesario estimular
permanentemente. En el caso del proceso de aprendizaje de la lectura y la
escritura se deben favorecer sus características propias, incentivando el
acceso al lenguaje tanto oral como escrito, llevándolos a comprender la
importancia que para la comunicación tienen estos procesos, motivándolos para
que gocen y disfruten del acto de leer y escribir sin que se sientan clasificados
negativamente, rechazados y/o desmotivados.
Además
de tener en cuenta las características propias de cada niño y niña hay algunos factores significativos que permiten comprender el desarrollo del
lenguaje que inciden en el aprendizaje de la lectura y escritura, relacionados
con los distintos medios en los que
ellos se desenvuelven, como son : el medio familiar, el social, y el
escolar. Este último es el responsable de recopilar los insumos obtenidos y guiarlos
adecuadamente a en el proceso de
aprendizaje.
Para
el niño y la niña, el uso cotidiano del idioma, su lengua materna en primera
instancia, las diferentes formas de expresión y comunicación, les permiten
centrar su atención en el contenido de lo que desean expresar a partir del
conocimiento que tienen o van elaborando de un acontecimiento, constituyéndose
el lenguaje en la forma de expresión de su pensamiento. Por tanto, las
oportunidades que facilitan y estimulan el uso apropiado de un sistema
simbólico de forma comprensiva y expresiva potencian el proceso de pensamiento.
Generalmente
el nivel de lenguaje oral y escrito
de los niños y
niñas presenta características como dialogar entre ellos, hacer
comentarios mientras juegan, al plantearse
preguntas; las preguntas que formula tienen sentido ya que realmente
quieren obtener información, preguntan
por el significado de palabras que dentro de un relato pueden generarles
interés, indagan por detalles, hacen
comentarios, su vocabulario se va ampliando, de esta manera conocen el mundo,
lo reconocen como su contexto inmediato y se constituyen como parte de él. Toda
forma de comunicación que establecen se genera sobre las anteriores, se
transforma en cierta medida, pero de ninguna manera se suprime, a mayor edad de
los niños y niñas con mayor flexibilidad utilizarán todos los medios a su
alcance. Entre más variadas y ricas son sus interacciones con aquellos que los
rodean y con las producciones de la cultura, más fácilmente transforman sus
maneras de comunicarse, enriquecen su lenguaje y expresividad e igualmente
diversifican los medios para hacerlo mediante la apropiación de las nuevas
posibilidades que les proporciona el contexto.
La
función central del lenguaje es la significación, además de la comunicación,
pues es en el lenguaje donde se configura el universo simbólico y cultural de
cada sujeto.
Hablar
de significación, es referirse a aquella dimensión que tiene que ver con los
diferentes caminos a través de los cuales las personas dan significado y
sentido a los signos. Esta dimensión tiene que ver con la forma como se
establecen las interacciones entre las personas y con los procesos que se dan
en la vinculación con la cultura y con los saberes.
En
educación se puede decir, que el lenguaje es una interacción sociocultural,
pues éste se realiza con el fin de relacionarse con otros individuos y sus
productos culturales.
A
través del lenguaje de significaciones el niño y la niña tienen la posibilidad
de construir su identidad, de relacionarse con el mundo, de conceptualizar y de
insertarse en la comunidad. Así construyen una visión de mundo, cognitiva,
afectiva, comunicativa y estética.
Para
iniciar el proceso de lectura y escritura
se debe tener muy claro el desarrollo de la oralidad y la escucha como
condiciones básicas, en un proceso mediante el cual los niños y las niñas desde la educación intercambian y construyen
significados con los otros. La interacción con el medio les permite
exteriorizar las vivencias emocionales, acceder a los contenidos culturales,
producir mensajes cada vez más elaborados y ampliar progresivamente la
comprensión de la realidad.
Desde
esta perspectiva, el lenguaje potencia en los primeros años de vida del niño y
la niña, las relaciones que establece
consigo mismo, con las personas y con distintos ambientes en los que participa.
De igual forma el desarrollo del lenguaje potencializa la capacidad creativa
que ellos tienen para comunicar, representar y expresar la realidad a partir de
la elaboración singular de sus sentimientos, experiencias y sensibilidad.
Esta
capacidad representativa, se irá enriqueciendo en la medida en que se le
proporcionen situaciones y recursos para que puedan experimentar y poner en
juego sus capacidades creativas y expresivas a través de la música, la
literatura, la plástica y demás lenguajes expresivos.
En
relación con los planteamientos anteriores, se afirma, que la relación entre el
lenguaje oral y el lenguaje escrito es
tan estrecha, que los dos procesos coinciden en la forma en que se desarrollan.
Sin embargo, estos dos tipos de lenguaje
le plantean al niño y la niña diferentes exigencias: en el caso del
lenguaje oral, intervienen las expresiones del rostro, el tono de la voz, el
contexto, para llegar a comprender el mensaje y el lenguaje escrito depende de lo que está
plasmado en el texto para comprender el mensaje.
LA LECTURA
Los
seres humanos como seres sociales y culturales, desde antes de su nacimiento
empiezan a leer por medio de sus
sentidos, las palabras de sus padres, las canciones, los distintos sonidos que
los rodean; luego al nacer leen los
gestos de su madre, sus familiares y a medida que crecen, crece su
capacidad lectora; leen el mundo y el contexto que los rodea, leen las
imágenes, situaciones; es decir hacen una lectura de la realidad,
posteriormente al ingresar a las instituciones escolares inician el proceso de
aprendizaje de la lectura y leen como tal la palabra.
Leer
es un acto complejo que implica mucho más que la decodificación. Leer es un
proceso donde el sujeto construye significados a partir de lo que sabe, más la
información visual que encuentra en los textos. Leer es un acto de construcción
activa, donde se lleva a cabo un proceso de interacción entre el lector y el
texto.
En
el complejo acto de leer, hay un aspecto de vital importancia que no se puede
dejar de lado y es el contexto familiar del niño, sus costumbres, cultura,
educación de los padres inciden directamente en el proceso de la lectura.
Sobre
el tema, Emilia Ferreiro (2005)
manifiesta, que el ser humano debe ser lector y crítico de textos que lee, de
manera que le encuentre el significado de la palabra escrita, es decir, la
lectura es un acto donde el ser humano acepta la asignación de encontrarle
sentido y coherencia a lo que el autor refleja en su escrito, por lo tanto, el
lector debe reaccionar al momento de leer, buscando sentido de lo que se quiere
expresar. Siempre tomamos en cuenta que la lectura es una actividad que nos
permite identificar, decodificar y analizar lo que otra persona quiere decir,
pero debemos tener en cuenta que no solo es un acto donde el ser humano
decodifica signos gráficos, sino que va más allá, aceptando la responsabilidad
de buscar un sentido del texto y transformar los conocimientos previos por los
conocimientos recientemente aprendidos
Por
su parte, Ana Teberosky (2002) se refiere a la lectura como un medio a través
del cual el ser humano procesa de manera sistematizada la información recibida
a través de códigos gráficos, integrando otros procesos como la comprensión y
el análisis de la información; del mismo modo señala, que el hombre ha
inventado máquinas para aumentar o disminuir la distancia, como la rueda, la
palanca o el propio automóvil, pero será la lectura la que lo llevará a
comprender la ciencia y el sentido propios de la vida.
Hablar
de lectura y escritura desde una perspectiva constructivista, implica tener una
mirada de niño y niña, desde el mismo
sentido. Se conciben como sujetos cognoscentes, activos que construyen
conocimiento mediante:
· Sus propias acciones sobre
los objetos del mundo.
· La confrontación de los
resultados de sus acciones con sus propios conceptos.
· La confrontación de los resultados de sus
acciones con conceptos de otros.
Desde
esta mirada, Ferreiro y Teberosky (1989,), tomando como base los planteamientos
de Piaget, definen al niño y la niña,
como ese sujeto activo que compara, excluye, ordena, categoriza,
reformula, comprueba, formula hipótesis, reorganiza, etc., en acción
interiorizada (pensamiento) o en acción efectiva (según su nivel de
desarrollo).
Ahora
bien, en este contexto, lo que se conoce comúnmente como “errores” en realidad
son requisitos para la construcción de conocimiento y que se podría llamar
mejor, errores constructivos. Esta afirmación resulta contradictoria, cuando
aun y en su gran mayoría se encuentran escuelas donde tratan de eliminar a toda
costa los llamados “errores”, sin tener en cuenta que hacen parte esencial para
la construcción del conocimiento.
Leer
es un proceso de construcción de significados a partir de la interacción entre
el texto, el contexto y el lector obteniendo como resultado la comprensión;
este un proceso interactivo en el cual el lector construye una representación
organizada y coherente del contenido del texto relacionándolo con los
conocimientos previos.
Cada
lector hace su propia comprensión de un texto de acuerdo con su realidad
interior, con su experiencia previa, con su nivel de desarrollo cognitivo y con
su estado emocional, etc.
Dice
Smith (1975) que para la comprensión de un texto, son fundamentales dos fuentes
de información, visual y no visual:
La
información visual se refiere a los signos impresos, los cuales se perciben a
través de la visión (o del tacto, en el caso del código Braille). Hace
referencia a todos los materiales impresos como revistas, periódicos, textos,
etc.
La
información no visual, es el conocimiento tanto del lenguaje como del contenido
de los textos escritos. Es decir, si se va a leer un texto sobre cocina, por
ejemplo, el lector sabe que el lenguaje es especializado en culinaria y no
pensará que su contenido será sobre un parque de diversiones, sino seguramente
sobre recetas de cocina o estilos para servir una buena comida.
Para
leer no es suficiente reconocer las letras ni su correspondiente valor sonoro
(cuando lo hay), pues la lectura es un complejo proceso de producción de
sentido. Por lo que se puede deducir que para formar lectores no es necesario,
sino más bien contraproducente, hacer énfasis en el descifrado de las letras o
en el dominio de la información grafo-fonética.
Toda
lectura es interpretación y lo que el lector es capaz de comprender y de
aprender a través de ella, depende básicamente de los conocimientos previos.
La
lectura es un proceso que se da a lo largo de la vida, pero que se cualifica
con el bagaje que la persona va adquiriendo gracias a su experiencia.
“Leer es adentrarse en otros mundos posibles.
Es indagar en la realidad para comprenderla mejor, es distanciarse del texto y
asumir una postura crítica frente a lo que se dice y lo que se quiere decir…” (
Delia Lerner, 1995).
De
acuerdo con esta autora, los factores que determinan la comprensión lectora y
que se aplican como estrategias básicas de lectura.
Lector
Es
quien ejecuta la acción de leer y quien encuentra diversos componentes que
facilitan o dificultan la comprensión lectora como son:
Muestreo
Es
la capacidad que posee el lector para abarcar globalmente el texto
identificando formas gráficas, formatos, letras. Este procesa las palabras más
relevantes para él. Selecciona cognitivamente las palabras e ideas más significativas
del texto para construir los significados, los cuales están determinados por
conocimientos previos.
Predicción
Es
la capacidad que tiene el lector para adelantarse a la continuación de los
contenidos de un texto o a su finalización. Permite construir hipótesis a
partir de la lectura de un texto. Esta lectura posibilita fluidez y
comprensión. Por ejemplo, se le lee al niño o a la niña un cuento y en algún
momento de la lectura se hace un alto o se da la oportunidad para que termine
la idea.
Inferencia
Es
la capacidad para sacar deducciones a partir de los componentes de un texto que
están implícitos estableciendo relaciones y analogías no explicitas. Este
proceso es cognitivo y no lo tiene que manifestar en forma verbal. En este
caso, después de leerle al niño o la niña un texto, se le hacen preguntas en
donde sin estar escritas las respuestas, las pueda deducir.
Verificación
A
medida que se va leyendo se constata si lo que se predijo o infirió es
correcto. Durante la lectura, el niño o la niña van haciendo predicciones,
sacando conjeturas y a medida que van avanzando en la lectura, van constatando
que lo que pensaban era cierto.
Autocorrección
El
lector automáticamente lo auto corrige. Implica vacilar, regresar, reemplazar
partes y hasta abandonar el texto.
Otros
aspectos que intervienen en la comprensión lectora se relacionan con:
Los propósitos
Se
refieren al para qué de la lectura, se busca un fin, bien sea recreativo o
informativo, pero esto condiciona su comprensión.
El
conocimiento previo
Está
determinado por lo que la persona sabe sobre el tema específico y por su
estructura cognitiva, es decir, la forma en que está organizado su conocimiento
y por la competencia lingüística. A mayor conocimiento del tema, mayor
comprensión.
El nivel de desarrollo
cognitivo
Es
la capacidad que tiene el sujeto para asimilar y acomodar nuevos esquemas y
resolver problemas. Es la forma en que cada niño asimila la información.
La situación
emocional
Es
el estado anímico del lector en el momento de la lectura y condiciona la
comprensión del texto, ya que los significados se forman a partir de de la
interacción de la realidad interior del sujeto y la realidad exterior en la que
habita el texto.
Todos
estos procesos que entran en función en la lectura requieren de un
desarrollo y una integración adecuada de
maduración del sistema nervioso central
y los receptores sensoriales periféricos, puesto que la lectura constituye un
lenguaje que se expresa en signos gráficos asociados con sonidos. Hay que tener
presente que no todos los niños poseen el mismo grado de maduración para
afrontar el aprendizaje de la lectura y la escritura, tradicionalmente al
cumplir la edad deseada. El cerebro de cada individuo es único e irrepetible,
es por ello que los estímulos son determinantes
para su correcta maduración y especificidad funcional, porque tiene la potencialidad de organizar su
funcionamiento, de manera de aprovechar al máximo sus posibilidades, según sean
las características del ambiente.
LA ESCRITURA
En
los niños y niñas de cinco a ocho años, además de los usos del lenguaje oral,
se requiere favorecer la familiarización con el lenguaje escrito a partir de
situaciones que impliquen la necesidad de expresión e interpretación de
diversos textos.
En
este sentido, el avance del niño y la
niña de forma general, depende de múltiples estímulos que permiten desarrollar
los aspectos específicos del cerebro, manifestándose a través del lenguaje y
del comportamiento, es así como el desarrollo psicolingüístico por ello obedece
a una asimilación neurológica de las características fonéticas del idioma y,
por otro, a una acomodación psicológica a los códigos lingüísticos culturales
del propio entorno, el que acepta o rechaza las comunicaciones del niño.
La
escritura se constituye en un proceso individual y a la vez social en la que se
configura un mundo y entran en juego saberes, competencias, intereses y está determinada
por el contexto en el cual se produce.
Es
la producción de sentido por medio de signos gráficos y de esquemas de pensamiento
para representar y comunicar significados.
La
escritura es un aprendizaje muy complejo, se da al entrar el niño y la niña en
contacto con el mundo alfabetizado. Desde la mirada constructivista, se asume
que éstos construyen su propio proceso operando directamente sobre el sistema
de escritura.
Ana
Teberosky (1980) cuando se refiere a la
escritura, refleja claramente la importancia que la misma tiene en el hombre y
la educación; sin la escritura el hombre no sería capaz de crear ciencia, ya
que no podría escribirla y explicarla como lo han hecho los científicos e
investigadores en épocas anteriores; también recalca que la escritura
representa el medio perfecto para el desarrollo intelectual del ser humano, ya
que a través de ella, el hombre “escribe” lo que ha aprendido, reconociendo sus
aciertos y errores, siendo capaz de corregirlos. Cuando el individuo aprende a
leer y a escribir no solamente está aprendiendo a decodificar mensajes y a
escribir los mismos, sino que ya está capacitado para comprender los mensajes y
crear sus propios criterios.
El
proceso de adquisición de la escritura presenta unas etapas, que Emilia
Ferreiro y Ana Teberosky (1980), han explicado a partir de investigaciones
hechas con niños y niñas. A continuación se presentan las principales
características de cada una de las etapas.
Icónica:
El
niño y la niña inician con el dibujo
infantil como primer trazo significativo que corresponde al garabateo como
parte de su realismo infantil. Siempre le da sentido a lo que hace a través de
una explicación.
Indiferenciación
entre escritura y dibujo:
Mezclan
algunas grafías parecidas a las letras, con otras que son letras y con dibujos
que representan lo que quieren decir y guiados siempre por una teoría, una
hipótesis, una conjetura inteligente.
El
niño y la niña a medida que escriben van haciendo sus propias hipótesis,
tratando de relacionar lo que escriben con lo que quieren decir. Es así como se
presentan las siguientes hipótesis:
Hipótesis de
nombre:
La
escritura de nombre debe ser acorde con el objeto que representa. Por ejemplo:
se le pide a un niño, que escriba su nombre (Ricardo) o el de su padre (Juan).
Él piensa que el suyo es más corto porque, es más pequeño que su padre, y así
lo representa con grafías.
Hipótesis
de variedad:
Las
letras iguales o repetidas no se pueden leer. Por ejemplo, escribe la palabra
papá con cuatro o más letras diferentes y busca diferentes formas de
combinarlas, para que según él se pueda leer.
Construcción
de formas de diferenciación:
El
niño y la niña empiezan a entender que hay reglas que rigen la escritura para
que pueda ser leída y es aquí donde surgen otras hipótesis.
Hipótesis
de cantidad:Las palabras de dos o tres letras, él niño y la niña
piensan que no se pueden leer y las escriben pegadas. Ejemplo (el gato).
Hipótesis
sobre el singular y el plural:
Cuando el niño o la niña escriben la palabra
en singular la representan por un número determinado de grafías, por ejemplo si
se les pide que escriban niño, lo pueden representar (ion), pero si se les pide
que escriban niños, ellos escriben (ion ion ion).
Producción
fonética:
Ya en esta etapa, el niño y la niña empiezan a
ver la relación entre el sonido y la grafía. A cada sonido le corresponde una
letra. Ejemplo (casa – aa), (león – eo).
Correspondencia
fonética:
Ya
asignan una letra a cada sonido, aunque no siempre utilicen las adecuadas.
Cuando llegan a esta etapa, se puede decir que han iniciado la alfabetización
de la escritura.
Etapa alfabética:
Además
de darle un valor sonoro a cada letra, los niños y las niñas entienden el
código alfabético y se puede decir que ya saben leer y escribir. De esta manera
están listos para plantear hipótesis sobre la ortografía y la separación
correcta de palabras.
Cabe destacar que el lenguaje escrito es más
complicado de captar ya que quien lee lo
escrito debe imaginar la realidad y ordenarla mentalmente de acuerdo con la
intencionalidad del texto, mientras que el lenguaje oral contiene elementos que
facilitan la interpretación de cualquier mensaje. De igual manera como
señala Bravo(1980) la adquisición de la
lectura es compleja en los primeros años escolares y se refiere a “ocho procesos que realiza el cerebro al
adquirirla y desarrollarla como son:
El
individuo debe reconocer los signos gráficos y diferenciarlos de otros signos,
esto está relacionado con el proceso de discriminación y memoria perceptivo-visual.
El
individuo debe asociar el signo gráfico a un fonema determinado. Proceso de
discriminación y memoria perceptivo-auditiva.
· Debe reconocer los signos en un espacio de la
página donde lee. Percepción de la orientación espacial.
·
Tiene que unir las sílabas y palabras, diferenciándolas de otras Le otorga a la
lectura una dirección. En nuestra lengua
de izquierda a derecha.
·
Da a la lectura una secuencia. Relacionado con la orientación espacial y el
ritmo.
Asocia
el grafismo y el fonema a un significado. Proceso de conceptualización y simbolización
Comprende
lo leído en general y lo retiene. Relacionado con la comprensión y memoria de
los símbolos”
En
este sentido, los procesos de lectura y escritura exigen del niño y niña un
grado de madurez evidenciado en la actividad motriz y se complementa con la inteligencia intuitiva
que según la aplicación en determinada circunstancia, favorece al pensamiento
lógico que se va adquiriendo en cada nivel tanto de preescolar como los
primeros grados de la básica primaria.
El
avance en estos procesos, brinda a los niños y las niñas una seguridad
emocional que beneficia el aprendizaje en las etapas escolares en las cuales se
ve enfrentado y facilita el funcionamiento óptimo de las capacidades cerebrales
que el individuo pueda desarrollar. De hecho, el cerebro es el que guía todas
las actividades del ser humano, en aspectos que están estrechamente ligados al
proceso de aprendizaje de la lectura y la escritura, como son la percepción
auditiva, visual, temporal y espacial, presentes desde que el ser humano nace y
pasa por las diversas etapas de maduración a nivel de conocimiento y se
enriquece a partir de las experiencias vividas.
Tomado
de de documento: La Lectura y la escritura en los niños, un aprendizaje con
sentido que articule la educación
inicial con la básica primaria, a partir
de una propuesta de la licenciatura en educación preescolar de la Universidad Santo
Tomás. Por: Marta Inés Guzmán, María del Socorro Chalela, Angela Gabriela
Gutiérrez.
LAS ETAPAS DE
MADURACIÓN POR LAS QUE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS PUEDEN PASAR EN SU PROCESO DE
APRENDIZAJE SON LAS SIGUIENTES:
1.
Escritura no diferenciada
Se
caracteriza por una expresión de garabato, continuo o suelto, zigzags,
bucles,...
Todavía
no diferencia el dibujo de la escritura.
2.
Escritura diferenciada
Comienzan
a diferenciar el dibujo de la escritura.
Utilizan
una cantidad de letras, números, pseudos-letras, sin correspondencia entre lo
escrito y lo oral.
Tantean
diversas posibilidades para encontrar una relación entre oral y escrito:
.
Varían la grafía. . Varían la cantidad de grafías (palabras largas-cortas). .
Usan el mismo número de grafías (no tienen repertorio). . Modifican el orden de
las grafías.
3.
Escritura silábica
La
primera relación oral-escrito que establecen es la de la sílaba. Es la primera
unidad oral que son capaces de segmentar.
Escriben
una grafía para cada golpe de voz o sílaba.
Tipos
de correspondencia silábica:
Sin
valor sonoro convencional. Para cada sílaba escriben una letra cualquiera. Ej.:
S E M para PA TA TA
Con
valor sonoro convencional. Para cada sílaba escriben una letra que sí está en
la sílaba. Puede ser:
.
En las vocales. Ej.: I U A para PIN TU RA. . En las consonantes. Ej.: P T para
PA TO. . En las vocales y en las consonantes. Ej.: P A T para PA TA TA.
4.
Escritura silábico-alfabética
Se
dan cuenta de que la sílaba tiene más de una letra.
Al
confrontar sus ideas con la escritura convencional descubren que hay más
partes, que la escritura va más allá de la sílaba. Ejemplos:
.
A LO para GA TO. Saben que hay dos letras en TO, pero no saben bien cuáles. .
DOI A para BOI NA. Buscan un valor sonoro próximo (B - D).
5.
Escritura alfabética
A
cada sonido le corresponde una letra o grafía propia.
Escriben
textos completos en una lectoescritura convencional como la que usamos en el
mundo adulto.[1]
Lectoescritura
y tecnología en los primeros años
“Las
nuevas tecnologías como herramienta para enseñar la lecto-escritura en el Nivel
Inicial”: he aquí una frase que encierra más de una cuestión. Porque el uso de
la tecnología plantea más de un interrogante a los docentes; y si se enseña o
no a escribir en el Nivel Inicial es otro, no menor.
Sin
embargo, tanto la tecnología como la lecto-escritura forman parte hoy del mundo
de los niños de ese nivel: ambas temáticas surgen espontáneamente en las salas.
Y son mundos interrelacionados: las nuevas tecnologías estimulan el aprendizaje
de los códigos escritos; a partir del uso de esas herramientas, letras y
números acompañan a los niños cada vez a edad más temprana.
En
ese contexto, que los docentes de Nivel Inicial conocen bien, resulta
interesante hacer un repaso sobre los distintos métodos con que se ha abordado
la lecto-escritura en las aulas, para analizar luego qué teorías pedagógicas
sustentan algunos de los software que se ofrecen para facilitar ese
aprendizaje.
Es
un buen ejercicio, entonces, al seleccionar un software para trabajar en el
aula o en la sala, interrogarlo acerca de qué concepción teórica de la lengua,
del aprendizaje o de la pedagogía sostiene su funcionamiento, su estructura o
su organización.
¿SE DEBE O NO
ENSEÑAR A LEER Y ESCRIBIR EN EDUCACIÓN INICIAL?
VISIÓN DE EMILIA
FERREIRO
Ferreiro
(2000) plantea que la pregunta está mal formulada, porque si la respuesta es NO
equivale a dejar esa responsabilidad al nivel primario. Si la respuesta es SÍ,
presupone introducir en el preescolar las malas prácticas tradicionales de la
primaria.
La
propuesta es replantear la pregunta por otra centrada en el aprendizaje y no en
la enseñanza: ¿Se debe o no permitir que los niños aprendan acerca de la lengua
escrita en el preescolar?
En
este caso, la respuesta es única... SÍ. El niño debe, entonces, tener
experiencias diversas con la lengua escrita: explorar materiales variados,
descubrir las diferencias entre imagen y texto, descubrir las partes de un
libro, entre otras.
Cuando
el preescolar asume los reclamos de la primaria de que los niños están llegando
a este segundo nivel sin saber nada, también acepta la carga de prepararlos en
los términos establecidos por la primaria: empieza la práctica de la sílaba en
el preescolar, el aprestamiento de la mano, las planas, etc. Otra posición absurda
es -de la lengua escrita sólo se ocupa la primaria- por cuanto el facilitar al
niño situaciones para interactuar con diversidad de materiales que contemple el
sistema de escritura es ocuparse de la lengua escrita.
Ferreiro
(2000) explica que los estadios de Piaget se han utilizado como indicadores de
madurez cognitiva para explicar lo que el niño puede o no puede aprender en
cierto momento; sin embargo, estos estadios se han aprovechado mucho para
generar prohibiciones: una cosa es que el niño no pueda hacer ciertos trabajos
intelectuales hasta cierto momento y otra es que se le prohíba tomar contactos
con objetos y problemas que desafíen sus posibilidades actuales. Por ejemplo,
la prohibición de abordar la lengua escrita hasta que el niño madure. Un
ambiente en el cual se pueda aprender, que no prohíba aprender, debe tener
libros y dejar circular la información sobre la lengua escrita. Si prohíbo la
lengua escrita, genero un ambiente escolar en el cual la escritura no tiene
ningún lugar; mientras que en el mundo que lo rodea, la escritura tiene su
lugar.
LA LECTURA Y
LA ESCRITURA EN ESTE NIVEL
Leer
implica una actividad intelectual donde el lector interactúa con el texto
escrito para extraer un significado mediante la interrelación del conocimiento
del lector y el contenido del texto (Fraca, 2003).
Si
un niño toma un libro de cuentos con la intención de leerlo, observa las
palabras, visualiza las imágenes y va construyendo una historia que es producto
de su conocimiento acerca del tema, entonces se dice que está leyendo. Por
consiguiente, leer en los estadios iniciales del aprendizaje de la lectura es
una especie de creación del mensaje o contenido del texto, a través de lo que
el niño va elaborando con el fin de obtener información, placer o recreación.
Igualmente,
Fraca (2003) plantea que otro de los aspectos que pudiera parecer como
evidencia de una actividad de lectura consiste en las anticipaciones que los
niños realizan cuando escuchan la lectura de un cuento. Todo esto constituye
indicadores de que el niño está comprendiendo la lectura.
La
escritura, por su parte, consiste en una actividad intelectual mediante la cual
se transmiten mensajes con significados a través de un siste- ma de escritura,
en forma de textos, en una situación determinada y con una intención específica
(Fraca, 2003). El niño luego de elaborar un dibujo, lo describe a través de un
escrito.
Las
manifestaciones de escritura en este nivel deben evaluarse desde tres
dimensiones: (a) el nivel de conocimiento del código referido al reconocimiento
del alfabeto, de la direccionalidad y de los aspectos formales de la escritura
(signos de puntuación, mayúsculas, minúsculas, etc.); (b) la reflexión que se
hace acerca de los procesos de escritura y lectura; y (c) la funcionalidad de
los textos en términos de sus propósitos: solicitar, describir, informar, etc.
Desde
la revisión teórica que se viene realizando, parece claro que la lectura y la
escritura tienen un lugar en la educación inicial, lugar que cada plantel
deberá concretar en sus propuestas educativas. Inicialmente, es necesario
reconocer que el sistema de la lengua escrita es complejo y que va a requerir
esfuerzos de los docentes y los niños que van a abordar su enseñanza y
aprendizaje. Pero ello no debe implicar menospreciar la capacidad de éstos ni
intentar reducir este sistema complejo a un conjunto de subhabilidades de
dudosa vinculación con la lectura. (Solé, 2001).
¿CÓMO PONER EN
CONTACTO AL NIÑO CON LA LENGUA ESCRITA?
Algunos
estudios como los de Fraca (2003) y Salgado (2000) proponen abordar una
pedagogía en preescolar, donde se trabaje a partir de la noción de palabra como
unidad mínima de significado y que sirva para formar oraciones o textos. Las
actividades iniciales deben estar dirigidas al desarrollo de la oralidad y de
la escritura a partir del dibujo sobre temas tratados que luego son
complementados con escrituras relativas a éste (los niños acompañan de
escritura sus dibujos). Se debe, además, permitir el manejo de distintos
materiales escritos: cartas, adivinanzas, recetas, historietas, envoltorios,
etc. todo esto con la finalidad de usar el lenguaje escrito relacionado con el
lenguaje oral del niño, basado en su experiencia; reconociendo palabras
completas, el nombre de las letras; ejercitando la memoria auditiva, la memoria
visual, secuencias, progresión de izquierda a derecha y de arriba abajo y
asociando el sonido con el símbolo.
Posteriormente,
los niños deben interactuar con oraciones definidas como un conjunto de
palabras con sentido completo, a través de: elaboración de tiras cómicas y
adivinanzas, descubrimiento de elementos extraños o intrusos en la oración. Por
último, determinar el texto como punto de referencia para la mayoría de las
estrategias: producir cuentos, tarjetas de felicitaciones, lista de mercado,
entre otras.
Teberosky
(2001), por su parte, presenta un planteamiento diferente del proceso
enseñanza-aprendizaje, propone nuevas formas de organizar actividades
didácticas, en las cuales se seleccionen dos funciones: lo escrito funcional y
lo escrito ficcional; y dos tipos de escritos: lo escrito del mundo urbano y lo
escrito documental. Estas nuevas formas de organizar las actividades didácticas
requieren nuevos objetivos, para lo cual propone ampliar los conocidos
objetivos de dominio de código, de control gráfico, de identificación visual de
palabras o de comprensión con nuevos objetivos cada vez más precisos.
Solé
(2001) considera que la mayoría de los niños ya ha empezado, de hecho, su
contacto con la lectura antes de comenzar la educación inicial donde es mucho
lo que puede hacerse sin necesidad de acudir al código. Entonces, acercar los
niños a la lectura, en educación inicial, supone acercarlos a algo que ellos,
en su mayoría, ya conocen, que les proporciona en general experiencias divertidas
y gratificantes, y que forma parte de su vida.
La
enseñanza inicial de la lectura -para esta autora- debe asegurar la interacción
significativa y funcional del niño con la lengua escrita. Para algunos, eso
prolongará aprendizajes ya iniciados en su familia y para otros será la ocasión
para realizarlos, ocasión que no debe retrasarse más. Propiciar esa interacción
implica la presencia pertinente y no indiscriminada de lo escrito en el aula.
Implica, sobre todo, que los adultos que tienen a su cargo la educación de los
niños usen la lengua escrita, cuando sea posible y necesario, delante de ellos,
haciéndoles comprender así su valor comunicativo. Si en esa aproximación
sienten la necesidad de explorar el código, no habrá mayor inconveniente en
responder a su curiosidad con información pertinente y adaptada a sus
necesidades.
Jolibert
(2001; 1991) aporta una propuesta didáctica integrada, globalizante, que abarca
tanto el aprender a leer como el aprender a producir textos en la escuela.
Se
plantea como punto de partida que aprender a leer es aprender a interrogar
textos completos, desde la educación inicial; el segundo principio en el que se
basa sostiene que interrogar un texto implica construir activamente un
significado, en función de sus necesidades y sus proyectos, a partir de
diferentes claves, de distinta naturaleza y de estrategias pertinentes para
articularlas; el tercero de los principios expresa que todo aprendizaje
consiste en pasar de una complejidad percibida como borrosa a una complejidad estructurada,
poco a poco, por una larga práctica de interacción con ella; un cuarto sostiene
que no se puede separar el aprender a leer del aprender a producir; se aprende
a leer produciendo textos y se aprende a producir textos leyendo; un quinto
principio destaca que se pueden demarcar competencias lingüísticas comunes
utilizadas tanto para aprender a leer como para aprender a producir textos.
En
definitiva, esta autora revaloriza la enseñanza, con énfasis en que el objetivo
no es enseñar a leer, sino formar niños lectores. Con este recuento de
propuestas, se ha querido ejemplificar de qué manera se puede realizar la
aproximación al texto escrito, tanto desde el punto de vista de la escritura
como de la lectura, de los alumnos y alumnas más pequeñas de la escuela, con el
propósito de desmitificar y argumentar la pertinencia de introducir la lengua
escrita en el nivel inicial.
CONSIDERACIONES
FINALES
Aunque
las razones sean cuestionables o aceptables, el hecho es que en la mayoría de
las clases de preescolar se está intentado enseñar a leer y a escribir. Por
consiguiente, la preocupación hoy debe centrarse en cómo hacerlo.
Los
programas ajustados a materiales preparados comercialmente son los más
frecuentemente seleccionados; pero... ¿Por qué ocurre esto? Durkin (1998)
explica dos razones: (a) muy pocos profesores de preescolar estaban preparados
para enseñar a leer cuando de pronto se encontraron con esa responsabilidad. No
sabiendo qué hacer se refugiaron en los manuales o textos; y (b) un manual,
texto o cuaderno de trabajo es visible, y a través de él es fácil convencer a
los padres de que se está enseñando a leer.
El
profesor de preescolar debe tener imaginación para crear materiales de
enseñanza centrados en el niño y tiene que aprender cómo comunicar a los padres
que está enseñando a leer.
Lo
primero y fundamental es que el docente logre estimular al niño, favoreciendo
el descubrimiento de las funciones sociales de la escritura; es decir, que el
alumno conozca los usos de la lectura y de la escritura, tales como: el placer
de recrearnos con una lectura entretenida; el beneficio de saber cómo y dónde
encontrar una información útil para jugar, aprender o trabajar; la ventaja de
escribir para organizar ideas y no recargar la memoria; entre otras.
Imagine
el lector qué sucede si el niño aprende que leer es descifrar correctamente un
conjunto de sonidos que no dicen nada, sin significado o aprende a escribir sin
función alguna.
Por
tanto, una de las recomendaciones que puede hacerse al docente es sistematizar
u ordenar las actividades tendientes a descubrir las funciones sociales de la
escritura.
Incorporar
el aprendizaje de la lectura y escritura en el preescolar debe añadir gozo y
mayor autoestima al niño. Ayudar en el aprendizaje de la lectura y la escritura
en el preescolar no causa daño alguno; es decir, no se trata de dejar la
responsabilidad por completo a uno u otro nivel. Por el contrario, se
producirían futuros beneficios si las escuelas primarias cambiaran sus
programas de enseñanza de modo que se acomodasen al proceso de aprendizaje del
preescolar, ya que lo que se aprende en preescolar debe ser usado y expandido
en años sucesivos.
Anteriormente
era común encontrar autoridades en la enseñanza de la lectura y escritura que
fijaban la edad de 6 años y medio para iniciarse en estos procesos, pues se
fundamentaban en el nivel de madurez necesario para comenzar a leer. Aunque el
nivel de madurez es necesario, no es válido señalar la edad específica que se
pueda aplicar universalmente a todos los niños.
Un
aspecto muy importante es fomentar el interés de cada niño por desear aprender
a leer y a escribir, sin tener en cuenta el nivel de su preparación. Son las
características del niño las que determinan las decisiones acerca de la
enseñanza. La singularidad de cada niño preescolar dirá cuándo está preparado
para abordar ambos procesos.
Por
todo lo anteriormente planteado, se puede concluir que toda escritura infantil
debe estar dirigida a un lector, tener un mensaje claro y una función
comunicativa específica. El niño en el nivel preescolar escribe y lee de
acuerdo con las etapas en las que él se encuentre dentro de su proceso de
aprendizaje. La función del docente consistirá en facilitar el desarrollo de
competencias para que todo estudiante se convierta en lector y escritor
efectivo.
¿CÓMO LOS
DOCENTES PODEMOS MOTIVAR LOS PROCESOS DE LECTURA Y ESCRITURA DE MANERA
SIGNIFICATIVA EN LOS NIÑOS Y NIÑAS DE PREESCOLAR A TRAVÉS DE HERRAMIENTAS
DIDÁCTICAS QUE DESPIERTEN INTERÉS, CURIOSIDAD Y EXPECTATIVAS EN LA REALIDAD
INFANTIL DE LA PRIMERA INFANCIA?
Esta
situación surge desde la reflexión del docente, en su quehacer; en su
apropiación de conceptos teóricos y herramientas didácticas y pedagógicas
enriquecedoras.
A
mi modo de ver algunos fundamentos teóricos enumerados por Emilio Ferrerira,
Ana Tebesky, Josette Jolibert entre otros, apuntas a que el juego en la
literatura es el motivador de procesos de lectura y escritura significativos en
los niños y niñas de preescolar y básica primaria.
Esta
falencia se hace más evidente en la primaria y secundaria ya que los alumnos la
presentan por la falta de compromiso del docente y padres de familia en
preescolar.
Por
parte del docente la dificultad puede radicar en las estrategias metodológicas
empleadas con poco éxito.
Por
parte de los padres la falta de compromiso con respecto a la motivación y
responsabilidad con las actividades escolares en relación con la lectura.
LAS ETAPAS DE
MADURACIÓN POR LAS QUE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS PUEDEN PASAR EN SU PROCESO DE
APRENDIZAJE SON LAS SIGUIENTES:
1.
Escritura no diferenciada
Se
caracteriza por una expresión de garabato, continuo o suelto, zigzags,
bucles,...
Todavía
no diferencia el dibujo de la escritura.
2.
Escritura diferenciada
Comienzan
a diferenciar el dibujo de la escritura.
Utilizan
una cantidad de letras, números, pseudos-letras, sin correspondencia entre lo
escrito y lo oral.
Tantean
diversas posibilidades para encontrar una relación entre oral y escrito:
.
Varían la grafía. . Varían la cantidad de grafías (palabras largas-cortas). .
Usan el mismo número de grafías (no tienen repertorio). . Modifican el orden de
las grafías.
3.
Escritura silábica
La
primera relación oral-escrito que establecen es la de la sílaba. Es la primera
unidad oral que son capaces de segmentar.
Escriben
una grafía para cada golpe de voz o sílaba.
Tipos
de correspondencia silábica:
Sin
valor sonoro convencional. Para cada sílaba escriben una letra cualquiera. Ej.:
S E M para PA TA TA
Con
valor sonoro convencional. Para cada sílaba escriben una letra que sí está en
la sílaba. Puede ser:
.
En las vocales. Ej.: I U A para PIN TU
RA. . En las consonantes. Ej.: P T para PA TO. . En las vocales y en las
consonantes. Ej.: P A T para PA TA TA.
4.
Escritura silábico-alfabética
Se
dan cuenta de que la sílaba tiene más de una letra.
Al
confrontar sus ideas con la escritura convencional descubren que hay más
partes, que la escritura va más allá de la sílaba. Ejemplos:
.
A LO para GA TO. Saben que hay dos letras en TO, pero no saben bien cuáles. .
DOI A para BOI NA. Buscan un valor sonoro próximo (B - D).
5.
Escritura alfabética
A
cada sonido le corresponde una letra o grafía propia.
Escriben
textos completos en una lectoescritura convencional como la que usamos en el
mundo adulto.[1]
Lectoescritura
y tecnología en los primeros años
“Las
nuevas tecnologías como herramienta para enseñar la lecto-escritura en el Nivel
Inicial”: he aquí una frase que encierra más de una cuestión. Porque el uso de
la tecnología plantea más de un interrogante a los docentes; y si se enseña o
no a escribir en el Nivel Inicial es otro, no menor.
Sin
embargo, tanto la tecnología como la lecto-escritura forman parte hoy del mundo
de los niños de ese nivel: ambas temáticas surgen espontáneamente en las salas.
Y son mundos interrelacionados: las nuevas tecnologías estimulan el aprendizaje
de los códigos escritos; a partir del uso de esas herramientas, letras y
números acompañan a los niños cada vez a edad más temprana.
En
ese contexto, que los docentes de Nivel Inicial conocen bien, resulta interesante
hacer un repaso sobre los distintos métodos con que se ha abordado la
lecto-escritura en las aulas, para analizar luego qué teorías pedagógicas
sustentan algunos de los software que se ofrecen para facilitar ese
aprendizaje.
Es
un buen ejercicio, entonces, al seleccionar un software para trabajar en el
aula o en la sala, interrogarlo acerca de qué concepción teórica de la lengua,
del aprendizaje o de la pedagogía sostiene su funcionamiento, su estructura o
su organización.
Tu hijo empieza a dominar las habilidades motrices finas que
necesitará para escribir bien las letras y los números. No te preocupes si sus
primeros intentos parecen más bien garabatos. Con el tiempo, su escritura
mejorará. Por ahora, trata que la escritura sea una
actividad divertida y emocionante.
A continuación, te brindamos 11 ideas para que motives a tu hijo a escribir. Los niños aprenden de diferentes maneras, por eso que aquí te ofrecemos algunos juegos y actividades para fomentar la escritura de tu niño, de acuerdo a su estilo de aprendizaje. Pero ten en cuenta que tu niño se puede beneficiar de todas las actividades.
A continuación, te brindamos 11 ideas para que motives a tu hijo a escribir. Los niños aprenden de diferentes maneras, por eso que aquí te ofrecemos algunos juegos y actividades para fomentar la escritura de tu niño, de acuerdo a su estilo de aprendizaje. Pero ten en cuenta que tu niño se puede beneficiar de todas las actividades.
APRENDE CON EL MOVIMIENTO
Escriban juntos. Cuando
escribas una carta o la lista del supermercado, pídele a tu hijo que se siente
a tu lado. Dale papel para que practique y haga su propia “carta y lista del
supermercado” mientras que tú te encargas de tus asuntos. Tu hijo aprenderá que
escribir es una parte esencial de la vida cotidiana.
Usen arena o masa para “escribir” palabras. Ayuda a tu hijo a hacer letras y a formar palabras usando materiales como arena o brillantina. La masa para hacer galletitas funciona también. ¡Además, las letras se podrán comer!
Usen arena o masa para “escribir” palabras. Ayuda a tu hijo a hacer letras y a formar palabras usando materiales como arena o brillantina. La masa para hacer galletitas funciona también. ¡Además, las letras se podrán comer!
Usen plastilina para formar palabras. Primero, hagan
tarjetas grandes (pueden usar cartulina o un pedazo de cartón) con las letras
del abecedario o palabras simples. Después formen rollitos delgados con la
plastilina y úsenlos para copiar las palabras o las letras en las tarjetas. Eso
le ayudará a tu niño a reconocer palabras.
Además el jugar con plastilina le ayudará a desarrollar los
músculos de sus dedos y mejorará sus habilidades
motrices finas, que necesitará para escribir.
Mantén un registro de paseos. Cómprale a tu
pequeño un cuaderno para que cuando vayan de viaje juntos (de vacaciones, de
visita a la casa de la abuela, a la playa o al zoológico), anote lo que ve y lo
que hace. No importa si lo que plasma en su diario de viajes son sólo
garabatos.
Aprende al escuchar
Dictar y escribir. Sugiérele a tu
hijo que te que dicte una historia para que tú la escribas. ¿Necesita un buen
tema? Puede ser sobre la ida al zoológico. Aunque tu hijo todavía no sepa
escribir, ésta es una excelente manera de reforzar la conexión entre lo que se
escribe y lo que se habla. A medida que tu hijo aprenda a escribir, él puede
narrar y tú escribir.
Describan fotos. Miren fotos
familiares o dibujos en revistas y libros. Pídele a tu
hijo que te diga qué cree que están haciendo las personas que ve y escribe lo
que te diga como pie de foto. O invítale a que invente una
conversación entre dos personas de las que aparecen en las imágenes.
"Publiquen" un libro juntos. Pueden pegar algunos de los dibujos de tu niño en pedazos de cartulina. Pídele que te describa sus dibujos. Usen cartulina más gruesa (o un pedazo de cartón) para hacer la portada del libro y deja que tu hijo la decore.
"Publiquen" un libro juntos. Pueden pegar algunos de los dibujos de tu niño en pedazos de cartulina. Pídele que te describa sus dibujos. Usen cartulina más gruesa (o un pedazo de cartón) para hacer la portada del libro y deja que tu hijo la decore.
Sugiérele que
ponga su nombre en la portada así como un título. Haz huecos en las páginas y
únelas con un listón o cinta. Trátalo como si fuera un libro de verdad;
guárdalo en el librero, junto a los demás libros infantiles.
Aprende al ver
Aprende al ver
Hagan un diario fotográfico. Toma fotos de
tu hijo con sus amigos y familiares y pégalas en un diario o álbum. Tu hijo te
puede describir la foto (quiénes son las personas y dónde están) y tú escribir
lo que te diga como pie de foto. Éste será un excelente recuerdo para cuando
esté más grande.
Mantengan un diario. A los niños
les encanta hablar de ellos
mismos. Al mantener un diario, tu hijo aprende a “hablar” de sí mismo por
escrito. Aunque a tu hijo se le estén dificultando las letras, acostúmbralo a
escribir una o dos palabras diariamente en un cuaderno especial.
Puedes hacer que el escribir en su diario, sea parte de su rutina (antes de acostarse es un buen momento). Aquí te brindamos algunas ideas para que inicies esta actividad:
Puedes hacer que el escribir en su diario, sea parte de su rutina (antes de acostarse es un buen momento). Aquí te brindamos algunas ideas para que inicies esta actividad:
Dale sugerencias específicas.
Anímalo a escribir acerca de su visita a la casa de su abuela o sobre su clase
de música. No importa si sólo pone
garabatos.
Deja
que te dicte lo que a él le gustaría que se incluyera en su diario. El verte
escribir, tal vez lo motive para que muy pronto, él mismo llene las páginas de
su diario.
Jueguen con un abecedario magnético en el
refrigerador. Tu niño puede practicar con las letras magnéticas; escribir y
deletrear de esta manera le resultará divertido. También puede calcar las
letras (usen lápices de colores ya que los crayones son muy anchos para esto).
Pueden pegar las letras magnéticas en una bandeja para hornear galletas
mientras realizan esta actividad.
Hagan un libro del abecedario. Dobla una cartulina por la mitad y pon dentro varias hojas blancas. Las puedes unir con grapas. Tu hijo puede escribir una letra por página, en mayúsculas y minúsculas. Además puede dibujar algo que comience con cada letra del abecedario.
Hagan un libro del abecedario. Dobla una cartulina por la mitad y pon dentro varias hojas blancas. Las puedes unir con grapas. Tu hijo puede escribir una letra por página, en mayúsculas y minúsculas. Además puede dibujar algo que comience con cada letra del abecedario.
ESCRITURA
“El
acto de escribir corresponde tanto a la ejecución de las letras como a la creación de textos con distintos
propósitos para ser leídos en distintos contextos”
El
aprendizaje de la escritura es un proceso evolutivo que se desarrolla
gradualmente. Este proceso está integrado por etapas claramente definidas que
van desde el garabato y las señas sin significado hechas por los niños hasta la
escritura realizada por el niño.
Al
igual que la lectura los niños no están preparados en forma pareja para el
aprendizaje de la lectura. A medida que el niño va compartiendo con otros poco
a poco se da cuenta que sus garabatos y señas también pueden ser interpretados
o leídos, cuando el niño está consciente, de esto, quiere decir que está
preparado para el inicio de escritura.
Los
niños no progresan al mismo ritmo en las habilidades psicomotoras involucradas
en la escritura y ahí surge la necesidad de aplicar un programa de
aprestamiento para la escrita que sea lo suficientemente flexible para
adecuarse a los diferentes ritmos de desarrollo.
ESTRATEGIAS DE
PREPARACIÓN PARA LA ESCRITURA.
El
programa de preparación para la escritura tiene los siguientes principios y
propósitos.
El
programa debe incluirse en un contexto global de psicomotricidad la cuál otorga
un significado psicológico al movimiento y permite tomar conciencia de la
independencia entre las funciones de la vida psíquica y motriz, desde el punto
de vista el movimiento aparece como complejo que modifica sus reacciones
motoras n función de las variables de la situación y su motivación partiendo
desde el movimiento natural hasta llegar al control del apresto.
El programa presenta los contenidos de
psicomotricidad que atañen al aprendizaje de la escritura sobre la base del
principio próximo distal. Según este los movimientos de los grades grupos
musculares más cercanos al tronco se diferencian y controlan antes que las
partes extremas, así la diferenciación de los movimientos globales del brazo es
previa a la del codo y esta precede a la del puño lo que a su vez es previa a
los movimientos finos del dedo, el principio próximo distal se traduce por lo
tanto en la parición progresiva de actividades relacionadas con la condición
dinámica y global, el equilibrio, relajación, disociación de movimientos y
técnicas escriptográficas.
La estimulación de las funciones básicas
explican un concepto operacional que se utiliza para designar ciertos aspectos
psicológicos del desarrollo psicológico del niño los que condicionan el
determinado aprendizaje en este caso el test de la escritura. La estimulación
de las funciones básicas se realiza a través de actividades que desarrollan el
esquema corporal, la orientación temporal y espacial, la percepción táctil,
visual y auditiva, la memoria y el empleo eficaz del desarrollo cognitivo
FACTORES QUE INTERVIENEN E INFLUYEN EN LA ESCRITURA
FACTORES QUE INTERVIENEN E INFLUYEN EN LA ESCRITURA
Psicólogos
y pedagogos se preocupan para comprender las dificultades con las que se
encuentra el niño cuando efectúa ese aprendizaje determinando los factores
particulares que intervienen. Entre ellos tenemos:
Factores
psicomotrices (Esquema corporal, lateralidad, estructuración espacial,
estructuración temporal).
Factores
cognoscitivos (Pensamiento lógico, madurez perceptiva.).
Factores
psicológicos
Factores
lingüísticos.
Factores
psicomotrices: un adecuado desarrollo psicomotriz le entrega al niño la
facilidad de conocer el mundo y su propio cuerpo, esto le otorga la capacidad a
futuro de poder ejercer la escritura y la lectura más fácilmente puesto que
posee un dominio del ambiente donde se desenvuelve.
* Esquema corporal: Es la imagen corporal
de cada quien tiene su propio cuerpo.
* Lateralización: Es lo que predomina
funcionalmente de un lado del cuerpo humano sobre otro, determinando que un
hemisferio cerebral ejerce sobre otro. Es importante para el aprendizaje de la
lecto-escritura y la completa madurez del lenguaje, la enseñanza de la p, d, b,
q lo que exige el dominio de esta área; si el niño no tiene conciencia de su
lado; derecho o izquierdo jamás podrá proyectar al exterior su lateralidad, y
se le dificultará la diferencia e identificación de estas letras. Consideremos
además que la lectura y escritura son procesos que se cumplen dentro de esas
direcciones.
* Estructuración temporal: La
estructuración del tiempo la desarrollamos a través de actividades fundamentalmente
rítmicas, cuyo valor educativo en el niño es verdaderamente importante, por
cuanto desarrollan sus procesos de inhibición.
Factores
cognoscitivos: la habilidad se aprende a través de un a instrucción formal más
que a través de los procesos de adquisición natural. En contraste con la
habilidad de hablar esa habilidad requiere de un mayor número de conocimientos
previos. Parte fundamental de este proceso hace énfasis al pensamiento lógico
junto con la madurez perceptiva.
Madurez perceptiva: La lecto-escritura es un
proceso cognitivo cognitivo que requiere de cierta madurez perceptiva,
especialmente en las áreas visual, auditiva y de motricidad. Desde hace varios
años, investigaciones enfocados en la preescritura y la didáctica alrededor de
la lectura y la escritura han hecho del tema de la psicomotricidad un aspecto
al que le han puesto un alto grado de atención, partiendo de la idea de que no
se trata de que el niño “aprenda las
letras y sus sonidos, las palabras y sus significados”, sino de que establezca
una relación psicomotriz con el acto de producir lenguaje.
Factores
psicológicos: Escribir es un acto comunicativo en el cuál el escritor no recibe
una respuesta inmediata de su audiencia que lo pueda ayudar a lograr una mejor
estructuración del texto y por ende una más segura comunicación del mensaje que
intenta comunicar, provocando en sus área afectivas y emocionales adaptación
escolar, control emocional motivación para el aprendizaje.
Factores
lingüísticos: desde el punto de vista lingüístico tenemos que acto de escribir
es gobernado por un grupo de reglas semánticas y sintácticas específicas del
idioma en cuestión, las cuales son compartidas por los hablantes de ese idioma.
El medio de expresión escrito requiere de un uso de estructuras formales y
complejas organizadas de tal manera que podamos comunicar fielmente el lenguaje
deseado.
Aquí
se encuentra estrechamente ligado a la capacidad de discriminar estructuras
morfosintácticas, morfológicas, semánticas y léxicas. También debe familiarizarse
a través de la lectura con las diferentes imitaciones contextuales y
organizacionales que presenta el idioma en su forma escrita. El escribir
requiere de un esfuerzo mental mucho más complejo del que se requiere para
hablar. Cuando escribimos tenemos que concentrar nuestra atención no solamente
en el significado de nuestras ideas, sino también en la producción de ideas,
las cuales se producen en una forma mucho más lenta y menos automática que
cuando estamos hablando.
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